Diana Frances Spencer nació en el seno de una familia perteneciente a la aristocracia británica, siendo la hija menor del matrimonio formado por John Spencer, VIII conde de Spencer y su primera esposa, la honorable Frances Ruth Burke Roche, hija de Mauricio Roche, IV barón de Fermoy. Nació en Park House, Sandringham, Norfolk, Inglaterra, el 1 de julio de 1961 a las 6:45 de la tarde.
Diana se educó en la escuela Silfield Kings Lynn, en Norfolk; más tarde en
Riddlesworth Hall también en Norfolk y West Heath Girls' School en Sevenoaks,
Kent, donde era considerada una mala estudiante. En
1977, a la edad de 16 años, dejó West Heath y asistió brevemente al Instituto Alpin Videmanette, subsede de la escuela en
Rougemont,
Suiza. Fue entonces, mientras acompañaba a su hermana Sarah, cuando conoció en persona por primera vez a su futuro marido. Diana parece haber sobresalido en natación y buceo, pero su deseo era convertirse en bailarina, por lo que asistió a clases de
ballet durante un tiempo.
Antes de cumplir 17 años se mudó a Londres, a un apartamento en la zona de
Kensington y Chelsea, donde vivió hasta
1981.
El
29 de julio de
1981 contrajo matrimonio en la
Catedral de San Pablo de Londres con el príncipe Carlos de Gales, trece años mayor que ella. Todas las casas reales asistieron al enlace, con excepción del rey
Juan Carlos I de España, quien declinó la invitación puesto que la luna de miel de la pareja incluía una escala en
Gibraltar. En el momento de su matrimonio, lady Diana se convirtió en
Su Alteza Real la princesa de Gales. A partir de entonces se convirtió en un personaje muy popular, tanto por su colaboración en obras humanitarias como por su carisma. Su estilo de vestir o sus peinados eran imitados constantemente. El constante interés de la prensa por la figura de la Princesa la convirtió en una de las figuras más icónicas de la cultura popular a nivel mundial.
La relación con su esposo empezó a mostrar fisuras al terminar la
década de los 80, y a comienzos de los
años 90 hubo un distanciamiento entre ambos cónyuges.
La pareja real tuvo dos hijos muy deseados: los príncipes
Guillermo (William) y
Enrique (Harry). En
1992 el matrimonio se separó de hecho, fractura que terminó en divorcio el
28 de agosto de
1996, privando a la Princesa de su categoría de «Alteza Real» , aunque conservando el título de Princesa de Gales.
El 28 de agosto de 1996, Diana se separó oficialmente de su marido, convirtiéndose en la única princesa
no real de la historia del
Reino Unido; sin embargo pudo mantener su residencia en el
Palacio de Kensington. Su propósito era mantener buenas relaciones con la
Familia Real Británica por el bien de sus hijos, (en ese momento, segundo y tercero en la línea de
sucesoria).
Tras el divorcio, Diana tuvo que restituir a la
Reina la
Tiara de los enamorados de Cambridge, un obsequio de bodas que la Princesa había utilizado en múltiples ocasiones. Desde entonces Diana se centró en sus colaboraciones solidarias, proyectando una imagen aún más carismática y cercana. También prestó su imagen pública a diferentes organismos humanitarios y apareció en multitud de actos en beneficio de los sectores más marginados de la sociedad. Por aquel entonces ya era considerada un ícono de moda y elegancia a nivel internacional. Entretanto, la
prensa sensacionalista continuó explotando todas las facetas imaginables de
Lady Di.
A fines de la década de 1980, la Princesa de Gales se hizo popular por su respaldo a causas humanitarias. Ayudó a niños pobres en
África, figuraba al lado de personalidades como
Nelson Mandela, el
Dalái lama o la madre
Teresa de Calcuta y también presidió numerosas fundaciones benéficas.
Diana decidió tomar un rol activo como Princesa de Gales en lugar de pasar sus horas en palacio. Se involucró con diversas causas, entre ellas la de pacientes con
sida, drogadictos, ancianos, leprosos y niños con problemas de salud. Su último compromiso de esta índole tuvo que ver con la erradicación de las
minas antipersona. Pocos días antes de su muerte, visitó
Bosnia con la
Red de Sobrevivientes de campos minados y se estima que su participación determinó varias acciones en contra del uso de este tipo de armamento. De hecho, la
Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona obtuvo el
Premio Nobel de la Paz en
1997.
El cuerpo fue trasladado el martes 2 de septiembre a Londres desde la capital francesa. Simultáneamente, miles de ciudadanos anónimos habían depositado ramos de flores y cartas de condolencia en las verjas del Palacio de Buckingham. A su llegada fue trasladado a la Capilla Real del Palacio de St. James, residencia oficial del Príncipe de Gales, donde se habilitaron cuatro libros para permitir que todo visitante pudiera transmitir sus condolencias. El ataúd permaneció cerrado en todo momento pues los allegados a Lady Diana así lo quisieron. Hasta el sábado 6 de septiembre, fecha oficial del funeral de Estado, se decretó luto nacional y las banderas de todo el país ondearon a media asta.