lunes, 21 de noviembre de 2016

Anastasia Nikoláyevna Románova


Anastasia Nikoláyevna nació el 5 de junio de 1901 en el palacio de PeterhofRusia, según el calendario juliano, vigente en ese país hasta 1918. Según el calendario gregoriano era el 18 de junio. Cuando Anastasia nació, sus padres y el resto de su familia se sintieron decepcionados por haber tenido una cuarta hija (tras Olga, Tatiana y María). Su padre, el zar Nicolás II, no fue inmediatamente a ver a su nueva hija, ya que decidió dar un largo paseo para asimilar el hecho de que no había tenido un heredero varón.
Haciendo honor a sus apodos, la joven Anastasia creció como una niña vivaz y llena de energía. Fue descrita como de corta estatura y algo rechoncha, con ojos azules,y de pelo rojizo tirando a rubio. Margaret Eagar, la institutriz de las cuatro grandes duquesas, comentó que la joven Anastasia era «la criatura más encantadora que había conocido».
Durante la Primera Guerra Mundial Anastasia, junto a su hermana María, solía visitar a los soldados heridos en un hospital privado situado en los terrenos de Tsárskoye Seló (la Villa de los Zares). Las dos adolescentes, demasiado jóvenes para pertenecer a la Cruz Roja como su madre y sus dos hermanas mayores, jugaban con los soldados para levantarles el ánimo. Felix Dassel, que estuvo allí hospitalizado, recordaba que la joven gran duquesa «reía como una ardilla» y que caminaba tan rápido «que siempre parecía a punto de tropezar».
En febrero de 1917 estalló la Revolución rusa, que obligó a Nicolás II a abdicar del trono. Anastasia y su familia fueron puestos bajo arresto domiciliario en el palacio de Alejandro, en Tsárskoye Seló, pero dada la cercanía de las fuerzas bolcheviquesAleksandr Kérenski, del gobierno provisional, desplazó a la familia hasta Tobolsk, en Siberia. Una vez los bolcheviques se hicieron con el control de la mayor parte de Rusia, Anastasia y su familia fueron trasladados a la casa Ipátiev, en Ekaterimburgo.
El nerviosismo y la incertidumbre del cautiverio afectó más a Anastasia que al resto de su familia. «Adiós», le escribió a un amigo en el invierno de 1917: «No te olvides de nosotros». En Tobolsk Anastasia escribió una redacción para su tutor de inglés, repleto de faltas de ortografía, sobre Evelyn Hope, un poema de Richard Browning que habla de una chica joven: «Cuando ella murió, solo tenía 16 años», escribió Anastasia. «Había un hombre que la amaba sin haberla visto nunca, pero pese a ello la conocía bien. Y ella también había oído hablar de él. Él nunca pudo decirle que la amaba y ahora ella está muerta...».

En Tobolsk ella y sus hermanas escondieron joyas dentro de sus vestidos para evitar que se las robaran, pero los guardias registraron a Anastasia y a sus hermanas Olga y Tatiana en busca de esas joyas mientras iban a bordo del Rus, el buque a vapor que las transportaba a Ekaterimburgo, donde estaban sus padres y su hermana María, en mayo de 1918. Su tutor de inglés, Sydney Gibbes, recordaba haber oído a las grandes duquesas llorar y gritar asustadas y su propia impotencia al no poder ayudarlas.
Sin embargo, en sus últimos meses de vida, Anastasia intentó llevar su cautiverio de la mejor forma posible. Junto a otros miembros de la casa organizaba juegos para deleitar a sus padres durante la primavera de 1918. Según Sidney Gibbes, las actuaciones de Anastasia «hacían estallar en carcajadas» al resto de la familia.En mayo de 1917, en una carta desde Tobolsk a su hermana María en Ekaterimburgo, describía un momento de felicidad a pesar de la tristeza, la soledad y la preocupación por su hermano enfermo: «¡Estuvimos columpiándonos, y no podíamos parar de reír, la caída era tan maravillosa! Se lo expliqué tantas veces a mis hermanas que llegaron a cansarse, pero lo podía haber explicado mil veces más...¡Qué bien lo pasamos! Sólo se podía gritar de alegría».
Tras la abdicación del zar Nicolás II Rusia entró vertiginosamente en una guerra civil. Las negociaciones para la liberación de la familia imperial entre los bolcheviques (cuyo brazo militar era el Ejército Rojo) y el resto de la familia, muchos de ellos importantes miembros de casas reales europeas, se suspendieron. 

El avance del Movimiento Blanco, cuyo brazo militar era conocido como Ejército Blanco o Guardia Blanca, sobre Ekaterimburgo dejaba al Ejército Rojo en una situación precaria. Los "rojos" sabían que Ekaterimburgo caería por la mayor superioridad y la mejor preparación del Ejército Blanco. Cuando los "blancos" llegaron a la ciudad, la familia imperial simplemente había desaparecido. La teoría más aceptada fue que habían sido ejecutados. A esta conclusión llegó el investigador del Movimiento Blanco Nicolás Sokolov, basada en el descubrimiento de efectos personales de la familia imperial encontrados en un pozo situado en la mina Gánina Yama.

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